En tiempos de incertidumbre es clave pensar una educación en el hogar. Compartir las tareas diarias de la casa es un buen comienzo, es una forma de distribuir responsabilidades y desarrollar habilidades dentro de nuestras rutinas diarias. La mejor forma de hacerlo es desde el ejemplo y el trabajo en equipo.
Presentamos 9 maneras de integrar la educación en el hogar a través de la distribución de diferentes tareas:
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Proponerles que alisten la ropa que se pondrán después de bañarse y doblar la pijama después del baño. Así mismo, en las noches, después de ponerse la pijama, llevar la ropa sucia al lugar escogido. En muchos hogares la familia cuenta con canastos para separarla.
Pedirles que en las mañanas arreglen su cama. Si son muy pequeños, este trabajo puede ser hecho con ayuda de un adulto. Lo más importante es crear el hábito en equipo.
De los 4 años en adelante podemos pedirles que nos colaboren organizando los cubiertos y platos en la mesa. Si son muy pequeños es posible hacer esta tarea en equipo. Para los que son más grandes les podemos ayudar dándoles los platos y vasos para que los organicen. Es muy importante felicitarlos por su tarea lograda y la manera de hacerlo.
Es común relacionar ciertas tareas domésticas con el rol de un miembro de la familia. Es fundamental que nuestros hijos sepan que pueden ayudar en todas las tareas, según la edad que tengan sin importar su género. Aprender a barrer no solo es una actividad que ayuda a mantener la casa limpia, sino que es un ejemplo de práctica de meditación activa para todos.
Según la edad de nuestros hijos, podemos pedirles desde que nos ayuden a pasar los platos de la mesa a la cocina, hasta participar en lavar después de un que un adulto enjabone alguno de ellos. Es muy importante que estas tareas no sean vistas como un castigo, sino como una forma de ayudar a la familia.
Si bien esta tarea requiere un poco más de destrezas, les podemos pedir que nos ayuden moviendo muebles. Esta se puede volver una tarea que se realiza en equipo y que nos ayuda a ahorrar tiempo que podemos utilizar en otras actividades.
Desde pequeños les podemos dar algunas responsabilidades como regar las plantas de la casa o dar de comer y peinar a la mascota. Este tipo de tareas tiene un efecto en la educación emocional de nuestros hijos porque aprenden a cuidar otros seres vivos que dependen de su atención.
Es importante que nuestros hijos aprendan a cocinar a través del ejemplo. Según la edad, podemos pedirles que nos acompañen y sean nuestros asistentes para alistar los ingredientes e implementos de cocina necesarios. Con cuidado y la supervisión de un adulto, podemos enseñarles a cortar, picar, poner la comida en los recipientes donde cocinamos. De esta manera, aprendemos en equipo y ellos van desarrollando autonomía.
Desde pequeños los podemos hacer partícipes de cómo lavamos la ropa. La importancia del cuidado del agua, la cantidad de jabón que se necesita, no mezclar la ropa de color con la ropa blanca y el uso de la lavadora. Es fundamental mostrarles y hablar con ellos, y según su edad delegar este tipo de tareas.
En cuarentena más habilidades y menos contenidos
Desarrollo de responsabilidades, hábitos, rutinas y habilidades de colaboración, trabajo en equipo, organización, auto-cuidado, empatía, autonomía, entre otras. Es fundamental que los adultos demos ejemplo, dividamos las tareas del hogar de forma equitativa entre todos y trabajemos en equipo con los más pequeños. La diversión puede ser un factor que haga la diferencia en la percepción de estas actividades que incorporamos a diario en nuestras rutinas. Sobretodo, la educación en el hogar resulta una nueva manera de pasar tiempo de calidad en familia en donde todos tenemos algo que aportar y aprender del otro.
