ACTUALIDAD



11 June 2020

¿Agradecer en tiempos de incertidumbre?



Agradecer

Reconocer y agradecer por lo que tenemos nos ayuda a cuidar nuestro bienestar mental, emocional y físico. En tiempos de incertidumbre es común que nuestra atención se fije en las cosas difíciles, incrementando nuestros niveles de ansiedad y miedo ante las circunstancias. Sin embargo, desarrollar la habilidad de agradecer nos permite contrarrestar los efectos negativos de la información que recibimos a diario. 

¿Por qué vale la pena agradecer?

Es posible ser agradecido no porque “toca” o porque nuestros padres o maestros nos lo inculcaron a lo largo de nuestra vida. Hay estudios científicos que soportan la importancia e impacto del desarrollo de esta habilidad que es posible transformar en un hábito en nuestro día a día. 

Es común encontrar en el contexto familiar durante las primeras etapas de la infancia la enseñanza de adultos a niños de decir “por favor” y “gracias”. Sin embargo, poco se habla del poder de dar las “gracias con el corazón” o de manera genuina. En otras palabras, aunque crecimos dando las gracias porque aprendimos y porque nos enseñaron a hacerlo, todavía se usa como una palabra que incorporamos a nuestro vocabulario. Cuando hacemos un alto y genuinamente pensamos en un momento en que dimos las gracias por algo, reconocemos que para que esto sea posible hemos establecido una relación y reconocimiento del otro o del mundo. Este instante de conexión activa nuestras conexiones neuronales de bienestar. 

Nuestro cerebro se ilumina cuando agradecemos

Agradecer

Los actos de gratitud genuinos resultan tan poderosos tanto a nivel físico como emocional, porque no solo lo sentimos en nuestro cuerpo sino que también es una acción que nos genera felicidad. Cuando esto sucede, una reacción en cadena se activa porque se disuelve el miedo, la angustia y la rabia. Además, a través del agradecimiento tenemos un impacto en nuestro estado mental que bloquea pensamientos tóxicos. Debido a que el cerebro no puede sentir gratitud y angustia en simultánea. El reto es tomar conciencia de que la gratitud diaria es una postura frente a la vida que tenemos.

Agradecer de manera consciente y plena activa el sistema de recompensa en nuestro cerebro, que se localiza en el núcleo accumbens. Este sistema es responsable de las sensaciones de bienestar. Cuando agradecemos liberamos dopamina, un neurotransmisor que genera placer. Además, la gratitud también estimula la producción de oxitocina, una hormona que se relaciona con el afecto, la tranquilidad, la reducción de la ansiedad y el miedo. 

Agradecer es una decisión 

No hay que olvidar que la mente humana también tiene un “sesgo de negatividad” natural, desde donde amplifica las cosas negativas que nos suceden (experiencias, emociones, etc.) haciendo que tengan un impacto mayor frente a las cosas positivas. 

El primer paso para entender que debemos esforzarnos, al principio, es reconocer y agradecer por lo que tenemos, esta decisión es esencial. Una vez comprendemos la tendencia negativa de nuestro cerebro, podemos compensar la realidad y sesgo de negatividad natural que tenemos. Es posible hacerlo cuando aprendemos a equilibrarlo con una actitud de gratitud diaria, que entre más practicamos más resultados positivos irá generando en nuestra vida.

Acciones diarias

Esta es una lista de acciones recomendadas por expertos para incluir la práctica de la gratitud en nuestra rutina diaria:

  • Diario de gratitud: Escribir todos los días tres cosas por las que se está agradecido al final del día.

  • Escribir y enviar una carta escrita a mano: Pensar en una persona del pasado que haya sido muy importante para nosotros y escribirle una carta a mano reconociendo y contándole porque estamos agradecidos con ella y enviarla. La escritura a mano tiene un valor emocional mayor tanto para el que la escribe como para el que la recibe que tan solo enviar un correo electrónico. 

  • Reconocer en otra persona algo que admiras: A lo largo del día interactuamos con diferentes personas. Es posible pensar qué admiras en ellas y elogiar a aquellas a quien no sueles alabar, de manera sincera.

  • Mirar a tu alrededor y apreciar lo que tienes: Todos los días puedes darte un minuto para observar a tu alrededor y reconocer lo que sucede. Por ejemplo, la forma en que la luz del sol se refleja, sentir el agua al bañarnos, tomar un café percibiendo su olor y sabor, etc. 

  • Ayudar a otros a descubrir y compartir la gratitud en sus vidas: A través del ejemplo, puedes ser agradecido con tu familia y amigos e inspirarlos a hacer lo mismo con la gente a su alrededor. 

En tiempos de incertidumbre la práctica del agradecimiento nos permite contrarrestar el efecto negativo de nuestro cerebro. Además, nos ayuda a incrementar los niveles de felicidad en nuestra vida y la de otros.