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10 September 2020

El aprendizaje de habilidades en tiempos de violencia



Además de ser la directora de Tinta.org, soy una mamá primeriza de una bebé de dos meses y medio. El nacimiento de Tinta y de Leticia, mi bebé, han ocurrido en el mismo año. Han sido el comienzo de dos caminos importantes, llenos de responsabilidades, dificultades, alegrías y mucho amor. Pero también ha sido traer vida en un momento muy difícil y lleno de incertidumbre, y hoy más que nunca en un momento de mucha violencia. 

Como mamá y educadora me lleno de preguntas: ¿cómo entender a una persona que puede llegar a matar a otra a golpes? ¿Cómo fue su crianza en casa y en el colegio? ¿Qué aprendió sobre resolución de conflictos, empatía y respeto? Y sobretodo… ¿cómo podemos educar a nuestros niños y jóvenes a actuar desde otro lugar?

La violencia aceptada

Nos hemos criado en un país violento, con historias dolorosas que han rodeado cada generación desde que tenemos memoria. La palabra “violencia” rodea hoy la prensa como lo ha hecho tantas otras veces. Se habla de hacer justicia desde los derechos, desde el abuso… ¿y desde la educación?

Hace unos días, en una red social leía un “post” que decía algo como: “a mí de niño no sólo me daban con correa sino que me mandaban por ella y no tengo que estar en el psicólogo”. El autor decía que era sólo un chiste, que quienes reaccionaron indignados no tenían humor. La violencia infantil era aceptada por muchos como motivo de risas, mientras otros la defendían como forma justificada de “educar”. 

¿Se trata entonces de indignarnos con cada muestra de violencia? Tal vez… aunque creo que debemos ir más allá de la indignación. Tomar el paso hacia educar y re-educar en el manejo de conflictos. Enseñar a manejar las diferencias desde el respeto y desde la empatía. 

El aprendizaje de habilidades

En Tinta hablamos de enseñar habilidades por encima de los contenidos. Las habilidades personales y sociales son las que nos permiten evolucionar como sociedad, de tal manera que el maltrato no sea nunca motivo de risas ni de orgullo. Tener una carrera técnica o profesional enseña un montón de cosas valiosas, sin embargo la prioridad pedagógica sigue siendo el conocimiento más que la persona que se forma. Cuando hablamos de que nuestra fuerza pública necesita educación, ¿en qué estamos pensando?

Todos los ciudadanos, tengan el rol que tengan dentro de la sociedad, más que diplomas requieren principios que les permitan convivir. No podemos exigir lo que no hemos enseñado, pero sí podemos hacer un alto y priorizar los aprendizajes que queremos para nuestros niños. Tal vez necesitamos trabajar en nuestras habilidades sociales y personales para poder empezar a escribir una nueva historia. ​