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11 May 2020

El docente en tiempos de educación digital



En estos tiempos complejos, la educación digital se ha puesto en el foco de discusiones políticas, familiares y económicas. Diferentes actores cuestionan y han empezado a revisar y proponer nuevos enfoques pedagógicos como consecuencia de la crisis. En este foco, claramente, están los docentes.

El llamado a un cambio en la educación

En un artículo anterior revisamos la importancia de centrar especialmente en estos tiempos la educación en habilidades más que en contenidos. Varias organizaciones y corrientes educativas como Santillana Lab, CoSchool, psicólogos y docentes independientes están evidenciando la misma necesidad y trabajando conjuntamente no sólo para sobrepasar este momento, sino para aprovechar la oportunidad y repensar la educación. El Ministerio a través de sus redes y programas, como por ejemplo el portal Colombia Aprende, está igualmente construyendo alianzas y conectando esfuerzos. El diálogo, en noticias y reportajes en los diferentes medios de comunicación, se está enfocando en un movimiento que trae tanto retos como la esperanza en una nueva educación. 

Pero, ¿desde dónde empezar? ¿quiénes serán los que realmente se pondrán la camiseta para hacer realidad estos cambios? Claramente, los docentes son los actores principales de este episodio histórico de cambio. Y desde ya, a consciencia o sin saberlo, han empezado desde ellos mismos por medio del desarrollo de sus propias habilidades para hacerle frente a la educación digital que nace del aislamiento social.

Desarrollo de habilidades en docentes por la educación digital

Los docentes han desarrollado en primer lugar su creatividad e innovación. Creando clases virtuales, desarrollando estrategias de acompañamiento y explorando diferentes herramientas tecnológicas. 

Para lograr esto han tenido que aprender a auto-regularse y organizarse. Creando rutinas en casa para sus alumnos y para ellos mismos. Documentando el proceso de sus estudiantes y los resultados de sus esfuerzos. Utilizando así limitados recursos para poder dar lo mejor de sí mismos y continuar su importante labor.

Todo esto, como es evidente, implica tener la importante habilidad de asumir retos. Lo cual no quiere decir, claro está, que no haya momentos de crisis y desesperanza. Pero lo cierto es que los docentes de todas las edades se han retado a reinventarse y a replantear su labor tanto desde lo técnico como desde el cuestionamiento de su rol como tal.

Teniendo en cuenta la situación de sus alumnos, padres de familia y colegas, los docentes han tenido que desarrollar mucha empatía. Trabajar desde esta habilidad social, aunque esencial, no siempre es fácil cuando el lenguaje para comunicarse es prioritariamente digital. Cuando la situación de cada casa, de cada niño y de cada familia es tan variable, ponerse en sus zapatos se vuelve una labor faraónica.

Pero sobretodo, el docente ha tenido que volverse cuestionador y adaptativo al mismo tiempo. Así como utiliza todas sus habilidades y conocimientos para adaptarse a las situaciones generadas por el aislamiento, la situación lo lleva a cuestionar el sistema, las metodologías y su labor docente como un todo. Es un proceso difícil y retador cuando tantos ojos están puestos sobre su oficio, cuando el mundo se sacude y confronta el sistema al que pertenecen. Pero los docentes, cuestionadores y dispuestos a adaptarse, están al frente de las innovaciones que se están requiriendo con la oportunidad que brinda esta crisis para repensar la educación.