Metodología

EDUCACIÓN SISTÉMICA

Se define un ‘sistema’ como un conjunto de elementos interrelacionados que busca lograr un propósito común. El enfoque sistémico es una alternativa al enfoque científico tradicional, que tiende a ser analítico, reduccionista y fragmentado. En contraste, el enfoque sistémico estudia las propiedades y comportamientos de los sistemas sociales, económicos y políticos, desde una perspectiva holística, esto es, integral, transdisciplinaria.

Más que enfocarse en estudiar disciplinariamente los componentes de un sistema, el enfoque sistémico se concentra en estudiar las múltiples y variadas interacciones entre los componentes de un sistema, de forma transdisciplinaria, para aprender sobre ellas. Abordar sistémicamente un problema complejo requiere de sentido crítico, y de apertura a diferentes interpretaciones y agencias involucradas en el mismo. Las metodologías sistémicas son en general participativas, creativas, e integrales.

En contraste, una educación sistémica es humanista, centrada en la persona. Ve al profesor como un facilitador del aprendizaje de sus estudiantes más que como proveedor de información; se enfoca en desarrollar habilidades para perfeccionar la capacidad de adaptación del aprendiz en sus relaciones: consigo mismo, con otros en su familia y comunidad, y con su medio ambiente. El aprendizaje es un proceso tanto cognitivo como emocional.

Por esto mismo apoya por igual el desarrollo de habilidades cognitivas, relacionales y comunicativas, por medio de contenidos pedagógicos. Es ecológica por naturaleza y centrada en valores. En lugar de fomentar proyectos curriculares de aprendizaje, sugiere procesos de aprendizaje basado en proyectos, promoviendo un currículo co-diseñado con el aprendiz, co-evolucionario, basado en la autoexploración e investigación sobre sus temas de interés.

 

APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS

En Tinta entendemos el aprendizaje basado en proyectos como aquella metodología pedagógica que lleva al estudiante a resolver problemas reales por medio del uso de habilidades, conocimientos y procesos que permiten la integración transversal de los mismos para abordar problemas complejos. Todo esto es posible hacerlo a través del ciclo de indagación.

Esta metodología asegura varios aspectos: que el conocimiento tenga sentido y que valga la pena aprender; permite trabajar en problemas que necesitan diferentes abordajes y lleven a varias soluciones posibles; hace que los niños se diviertan mientras aprenden desarrollando habilidades colaborativas de comunicación y de pensamiento crítico. Además, da a los niños la posibilidad de descubrir pasiones, talentos y destrezas desde muy temprana edad.

 

DESARROLLO DE HABILIDADES

Con el desarrollo de la tecnología y el movimiento de información, actualmente el contenido que se enseña, especialmente en la escuela primaria, puede ser encontrado en un instante desde un celular o una tablet. Por esto, aprenderse fechas de independencia, fórmulas matemáticas y formas de clasificar a los seres vivos pierde el sentido para las nuevas generaciones,

Surge entonces la dicotomía entre enseñar contenido o enseñar habilidades. Aunque está clara la importancia de una estructura y un bagaje conceptual que le permita a los estudiantes desenvolverse en diferentes temas y conocer perspectivas, lo importante es saber qué hacer con toda esta información. Es decir, se requiere más que nada un desarrollo de diferentes tipos de habilidades que le permitan al estudiante volverse un aprendiz de por vida, y que le permitan además usar toda la información que tiene ahora en su bolsillo para crear, tomar acción y proponer.

En Tinta hemos entendido las habilidades en tres ámbitos específicos que se intersectan entre sí: el personal, el social y el global. El ámbito personal comprende las habilidades que se desarrollan al relacionarse con sí mismo y que le permiten conocerse, cuidarse y regularse independientemente. Al relacionarse con otros surgen las habilidades sociales, que le permiten al estudiante desarrollar trabajos con sus compañeros, resolver conflictos de forma sana y hacer parte de una comunidad. Entendemos tanto la posibilidad de poner límites como el manejo del error como habilidades que tienen un ámbito tanto personal como social.

Finalmente, al relacionarnos con el mundo buscando tanto entender como relacionarnos directamente con él, trabajamos las habilidades comprendidas dentro de un ciclo de indagación. Estas son habilidades que permiten preguntar, investigar, analizar, tomar acción y evaluar procesos y resultados. La manera más obvia que hemos encontrado para desarrollar todas estas habilidades es a través de proyectos. El punto de encuentro entre las habilidades globales y las sociales es el agradecimiento, entendiéndolo tanto hacia otros seres humanos como hacia cualquier sistema del cual hagamos parte. Así mismo, el punto de encuentro entre las habilidades sociales y personales es la ubicación, que no es sólo temporal y espacial, sino también espiritual, con la posibilidad de observar, entender y aceptar diferentes cosmovisiones.

En el centro de todo y como principal habilidad que permita el desarrollo del individuo en cada contexto está tomar decisiones. Para esto, es importante que los estudiantes tengan en cuenta causas y consecuencias en sí mismo y en los diferentes sistemas sociales y ambientales en que vive. El desarrollo de habilidades en educación (y seguramente en cualquier ámbito), no debe entenderse entonces como un recorrido lineal con unas metas fijas. En diferentes momentos de la vida se desarrollan y se denigran unas u otras habilidades, dando así relevancia a entendernos como aprendices de por vida.