ACTUALIDAD



13 July 2020

¿Tienen las habilidades personales matices?



Las habilidades personales se caracterizan por tener matices que regulamos de manera consciente o inconsciente según la situación en la que nos encontremos. Por ejemplo, María es muy organizada y no presta sus lápices. Mientras que Martín es desorganizado y no tiene con qué escribir porque le presta sus lápices a sus amigos. Pero no todos somos María o Martín, entonces ¿qué pasa con los matices entre estos dos extremos? En este contexto, el desarrollo de habilidades resulta un espacio de convergencia para identificar cómo enseñamos a pensar de una manera más crítica, sin olvidar las necesidades, talentos, emociones, contextos e identidad de cada individuo.  

Las habilidades personales en Tinta.org 

En Tinta.org hemos hecho trabajado en identificar una serie de habilidades que hemos clasificado en tres categorías: habilidades personales, sociales y globales que consideramos esenciales desarrollar en el siglo XXI. 

habilidades personales

Las habilidades personales que hemos priorizado son: Auto-regulación, asumir retos, organizarse, conocerse y cuidarse, reconocer pasiones e intereses y gozar. Además, identificamos aquellas que hacen parte tanto de la esfera personal como social y que las aprendemos a través de la interacción con otros: poner y aceptar límites, asumir errores y adaptarnos. Finalmente el punto de encuentro entre las habilidades personales y globales está en el desarrollo de: la conciencia espacial, temporal y la cosmovisión de cada individuo.  

¿Cómo aprende nuestro cerebro?

De acuerdo a estudios recientes en neurociencia, es posible asociar el aprendizaje a un proceso en el cual es fundamental que el estudiante sea consciente del potencial que tiene. El darle la oportunidad a los estudiantes de reconocer que el aprendizaje en sí mismo toma tiempo y requiere de una serie de pasos, permite transformar la idea tradicional de que aquellos que no son “buenos” para algo no tienen la oportunidad de mejorar en esa área. Por el contrario, los resultados de tomar conciencia de que todos contamos con el potencial de seguir aprendiendo a lo largo de la vida, demuestra la plasticidad del cerebro. Esto sucede bajo condiciones en donde tenemos en cuenta cómo aprendemos, qué se nos facilita, para que, paso a paso, podamos dominar los temas “difíciles”. 

Aprendizaje y desarrollo de habilidades personales 

habilidades personales

Estas son algunas estrategias para desarrollarlas estas habilidades a través de la mediación de los adultos: 

  • Auto-regulación: conectarnos con nuestras emociones diarias, conversar sobre cómo nos sentimos, antes de empezar nuestras rutinas diarias y al final del día. También nos ayuda a manejar nuestro tiempo y espacios. Cuando los adultos establecen una meta pueden compartir el plan que crearon con su familia para llevarla a cabo (ejemplo: desde hacer ejercicio físico hasta cocinar). 

  • Asumir retos: Mostrarle a nuestros hijos o alumnos que para los adulto no todo está dado y es fácil. También debemos arriesgarnos y fracasar, y asumirlo como una oportunidad de crecimiento. Fallar puede ser una oportunidad para aprender otras estrategias para mejorar e intentar de nuevo. No hay que renunciar, sino permitirnos aprender a través de la experiencia, nuestro ejemplo es el mejor maestro. 

  • Organizarse: desde recoger los juegos hasta mantener los espacios personales en armonía, el desarrollo de esta habilidad es fundamental para darle estructura al cerebro. La organización debe ser clara para todos. Se debe implementar un sistema cohesivo que le permita al niño comprender sus necesidades. Con los más pequeños, se recomienda que un adulto acompañe la actividad para que el niño la incorpore a sus rutinas. El ejemplo que da el adulto es la clave. 

  • Conocerse y cuidarse: identificar y comunicar cómo cuidamos nuestro cuerpo haciendo ejercicio y comiendo sano sin excedernos. Además, aprender a identificar las emociones que sentimos en diferentes contextos para saber cuándo estamos cómodos y en qué circunstancias podemos estar en riesgo.

  • Reconocer pasiones e intereses: poder experimentar a través de juegos, actividades de lectura, de exploración o de aburrimiento, entre otros, nos permite tener la oportunidad de reconocer quiénes somos, qué nos gusta, qué nos llama la atención y que no nos gusta. A partir de esta experimentación, podemos elegir un interés para profundizar e implementarlo como parte de nuestra rutina diaria. 

  • Gozar: es clave para conectar nuestro cerebro con el agradecimiento, y minimizar nuestra tendencia natural a pensar cosas negativas cuando reconocemos lo que tenemos. Esta habilidad está conectada con la decisión de ser felices más allá de las circunstancias en las que estamos y en disfrutar el proceso de cada etapa. Además, nos permite conectar con otros. 

Desarrollo de las habilidades personales y sociales 

habilidades personales

  • Poner y aceptar límites: aprender a decir sí o no, y aceptar cuando alguien nos dice que no. Es fundamental aprender cuándo decir no y cómo decirlo para evitar conflictos. Si el niño quiere o no hacer algo, está bien decir sí o no. Los adultos pueden preguntar sobre las razones o motivaciones detrás de la respuesta, respetando la posición del niño, porque esto fortalece su autonomía y su capacidad de tomar decisiones. A través de las preguntas, los adultos pueden saber si el niño tomó la decisión solo o si fue influenciado por otro. Así mismo, aceptar cuando alguien dice que no, nos enseña a respetar la posición del otro y esto debe inculcarse desde la infancia. 

  • Asumir errores: aceptar un error como lugar de aprendizaje, donde somos responsables de nuestras acciones; está relacionado con asumir desafíos como parte de nuestro proceso de aprendizaje. Esto nos permite ser conscientes de las estrategias que usamos, qué funciona y qué no, para elegir qué mantener y qué debemos revisar para lograr los objetivos que establecemos. 

  • Adaptarnos: aprender a ser flexibles en diferentes situaciones, espacios, lugares o culturas. Se relaciona con saber si se nos facilita asumir desafíos o no. Además, nos permite centrarnos en una tarea y aprender de nuestros errores. Esta habilidad nos ayuda a mantener un equilibrio constante en poner y aceptar límites, y nos reta a conocernos y cuidarnos. Así, sabremos en donde podemos estar sin sentirnos vulnerables, ni perder nuestra identidad.  

Desarrollo de las habilidades personales y globales

habilidades personales 

  • Ubicación espacial: se relaciona con aprender y reconocer dónde estamos físicamente, identificar puntos de referencia desde una perspectiva geográfica y saber usar herramientas, cómo mapas y brújulas. Con los más pequeños, está relacionado con reconocer dónde está su cuerpo en el espacio y su relación con él. 

  • Ubicación temporal: conocer y apropiarnos de los conceptos de medición, manejo y administración del tiempo. Además, nos permite entender la periodicidad en la vida cotidiana y en los ciclos naturales.  

  • Cosmovisión: reconocer que hay diferentes perspectivas para interpretar el mundo, influenciadas por la ubicación espacial y temporal de cada persona. El desarrollo de esta habilidad nos permite aceptar y respetar las interpretaciones de otras personas de la realidad que son tan válidas como las nuestras. Además, se relaciona con la conciencia espiritual de cada individuo y su interpretación del mundo basada en un sistema de creencias.

Matices en las habilidades

El matiz de estas habilidades personales depende de las situaciones. Puede ser difícil tenerlas todas en equilibrio en todas las circunstancias. Sin embargo, es clave reconocer que podemos adaptar nuestras habilidades de acuerdo al contexto. Por ejemplo, una persona puede ser organizada en la oficina y que su cuarto sea un desastre. Cuando desarrollamos habilidades personales, no buscamos ser perfectos, sino que queremos ser las mejores versiones de nosotros mismos respetando, también, el proceso de los demás. 

Por esta razón, consideramos relevante aprender a observarnos e identificar cómo nos sentimos con nuestro proceso de desarrollo personal, para que podamos trabajar en las habilidades que necesitamos mejorar. Cuando aprendemos sobre nosotros mismos, podemos saber que estamos dispuestos a hacer por nosotros y por los demás; aprendemos a poner límites cuando es necesario y a gozar sin excedernos. Hay habilidades que se complementan, mientras que otras se contraponen. Por ejemplo, cuando ponemos límites la habilidad de adaptarnos se oscurece. Mientras que autorregularnos y ser organizados van de la mano. Cuando no reconocemos un peligro potencial, podemos asumir retos sin considerar las consecuencias.

El desarrollo de habilidades personales no es cosa de niños. A lo largo de nuestras vidas nos movemos entre sus claros y sus oscuros. En el campo educativo, es fundamental que los docentes utilicen su propia experiencia como ejemplo para inspirar a sus estudiantes a emprender y tomar conciencia de sus propio camino.